Temporada de alergias: consejos de expertos, mitos y verdades para tener en cuenta esta primavera

Mejores temperaturas, más horas de sol, más flores y más panoramas al aire libre son algunas de las características de la primavera.

Este sábado 23 de septiembre a las 03:50 horas -con un poco de retraso- comenzó la primavera. Así, se inició la época en que las plantas con flores florecen, la nieve se derrite, los días se alargan y las temperaturas se vuelven más agradables. Es el tiempo ideal para salir a la calle y volver a hacer panoramas al aire libre. Pero… la llegada de esta estación anuncia el arribo de un invitado de piedra: las alergias estacionales. El fenómeno, que afecta al 40% de la población mundial, transforma a este periodo en la “maldita primavera”.

Según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, una alergia es “una reacción del sistema inmune hacia algo que no molesta a la mayoría de las demás personas”. Las estacionales, en tanto, se entienden, afirman los manuales de MSD, como respuestas a “la exposición a sustancias suspendidas en el aire -como el polen- que aparecen sólo durante ciertas épocas del año”, principalmente en primavera.

¿Por qué la primavera atrae las alergias y se concentran en esta época?

La inmunóloga de la Clínica Universidad de los Andes, Elisa Pereira, explica a The Clinic que “en agosto y septiembre, calzando con el inicio de la primavera, comienza la polinización de los árboles. Después viene la de los pastos y, finalmente, la de las malezas”. El doctor Alexis Kalergis, director del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia de la Universidad Católica (UC), agrega que la floración de los árboles y el crecimiento de pastos y matorrales en esta época es “una de las principales fuentes de polen, es decir, una de las causas más frecuentes de las alergias en personas susceptibles”.

La especialista plantea que “en Chile hay un porcentaje importante de pacientes que están sensibilizados a los pólenes de todas estas plantas. Y, cuando empieza la polinización, los pólenes empiezan a estar suspendidos en el aire, los empiezan a respirar y el sistema inmunológico empieza a reaccionar contra ellos, como si fueran dañinos, y genera todos los síntomas”.

 

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