El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune de larga duración y que puede afectar varias partes del cuerpo, incluyendo la piel, las articulaciones, el corazón, los pulmones, los riñones y el cerebro, ocasionando inflamación y, en algunos casos, un daño permanente en los tejidos. En Chile, según datos de este año de la Agrupación Lupus Chile, hay casi 16 mil pacientes de Fonasa que padecen la patología.
Un factor que estaría incidiendo en el desarrollo y la progresión de este tipo de lupus, son las células mieloides supresoras, que son propias del sistema inmune y que han sido estudiadas sobre todo en relación con el cáncer. Es precisamente el rol de estas células en el LES el que es revisado y analizado por el doctor en Ciencias Biológicas Jorge Soto, integrante del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia (IMII), en una investigación que lidera con el patrocinio de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID).
PROCESOS INFLAMATORIOS
«Las células mieloides supresoras (MDSC, su sigla en inglés) son un tipo celular implicado en procesos inflamatorios que se caracterizan por secretar distintas moléculas. Las MDSC pueden inhibir la respuesta de los linfocitos citotóxicos y de las células _natural killers_ (NK) en pacientes con cáncer, suprimiendo así la respuesta antitumoral y manteniendo las células cancerígenas en el cuerpo», explica el también académico de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad Andrés Bello (UNAB).
En cuanto al lupus eritematoso sistémico, «si bien hay estudios recientes que muestran que la secreción de una molécula (Arginasa 1) por las MDSC está elevada en pacientes con esta enfermedad. A la fecha, no hay análisis que muestren cuál es la contribución de estas células durante el inicio de la patología, o bien, cómo otras moléculas características de estas células podrían impactar en la generación o progresión del lupus», indica el doctor Soto.