Un experto detalló cuáles pueden ser los virus y bacterias que más se extiendan en temporada de bajas temperaturas.
Esta semana, el país enfrenta una ola de frío con temperaturas bajo cero que afectarán a al menos cinco regiones, desde Coquimbo hasta Biobío. La combinación de exposición al frío, contaminación ambiental y el encierro forzado por las bajas temperaturas crea un entorno propicio para la propagación de enfermedades. A continuación, exploraremos las principales patologías que pueden propagarse durante una ola de frío y cómo podemos protegernos de sus efectos.
El impacto del frío en la salud
El Dr. Alexis Kalergis, director del Instituto de Inmunología e Inmunoterapia (IMII), destaca que el frío actúa como un desencadenante para la propagación de diversas enfermedades, especialmente en personas con sistemas inmunes debilitados.
La exposición prolongada a bajas temperaturas puede debilitar el sistema inmunológico, facilitando la aparición y el contagio de enfermedades respiratorias. Este riesgo se incrementa en ambientes con poca ventilación y alta concentración de personas, donde los virus y bacterias encuentran condiciones óptimas para su propagación.
Gripe común e influenza: los clásicos del invierno
La gripe común y la influenza son dos de las enfermedades respiratorias más frecuentes durante las olas de frío. Estas patologías son causadas por virus que se propagan fácilmente en ambientes fríos y cerrados. Los síntomas incluyen:
Fiebre
Tos
Dolor de garganta
Dolores musculares
Fatiga, y pueden variar en gravedad desde leves hasta severos.
El Dr. Kalergis enfatiza la importancia de la ventilación para reducir la propagación de estos virus. “Al estar más encerrados, con poca ventilación, o más afluencia de personas también favorece la propagación de las enfermedades respiratorias”, señala. Para protegerse de la gripe y la influenza, se recomienda evitar el contacto cercano con personas enfermas, lavarse las manos frecuentemente y mantener una buena higiene respiratoria.
COVID-19: un enemigo conocido que vuelve con fuerza
Aunque la pandemia de COVID-19 ha disminuido su impacto en comparación con los años anteriores, el virus sigue siendo una amenaza significativa durante las olas de frío. Las bajas temperaturas pueden favorecer la transmisión del virus, especialmente en espacios cerrados y mal ventilados.
El confinamiento y la proximidad de las personas en lugares cerrados durante el invierno aumentan las oportunidades de contagio. Para mitigar este riesgo, es esencial seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias, incluyendo el uso de mascarillas, la vacunación y la ventilación adecuada de los espacios.
Neumonía por neumococo: una amenaza bacteriana
La neumonía por neumococo es una infección bacteriana grave que puede ser desencadenada o exacerbada por el frío. Esta enfermedad afecta principalmente a personas con sistemas inmunológicos comprometidos, como ancianos, niños pequeños y personas con enfermedades crónicas.
El Dr. Kalergis advierte sobre los peligros de la broncoconstricción causada por el aire frío, que puede facilitar la infección.
El aire muy frío causa irritación del tracto respiratorio, la broncoconstricción favorece el contagio de agentes infecciosos, explica. Para prevenir la neumonía, se recomienda la vacunación contra el neumococo y la adopción de medidas para mantener el sistema inmunológico fuerte, como una alimentación balanceada y la actividad física regular.
Enfermedades crónicas respiratorias: un riesgo aumentado
Las enfermedades crónicas respiratorias, como la bronquitis y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), pueden agravarse durante una ola de frío. La inhalación de aire frío puede irritar el tracto respiratorio y provocar broncoconstricción, aumentando la susceptibilidad a infecciones y empeorando los síntomas de estas enfermedades.
La humedad y la presencia de moho en las viviendas, que a menudo aumentan durante el invierno, también pueden exacerbar los problemas respiratorios. Es fundamental mantener las viviendas bien ventiladas y libres de humedad para reducir estos riesgos.
Prevención y cuidado: estrategias clave para proteger la salud
Para enfrentar los desafíos de salud que presenta una ola de frío, es crucial adoptar una serie de medidas preventivas. Aquí algunas recomendaciones clave:
- Evitar la exposición directa al frío: Limitar las actividades al aire libre y hacer salidas breves para minimizar la exposición a las bajas temperaturas.
- Vestirse adecuadamente: Utilizar prendas que protejan de la humedad y el viento, y vestirse en capas para mantener el calor corporal. Prestar especial atención a la cabeza, cuello, manos y pies.
- Aislamiento térmico de la vivienda: Asegurarse de que la vivienda esté bien aislada para mantener el calor y evitar la entrada de frío.
- Alimentación y actividad física: Consumir comidas calientes y variadas, y realizar actividad física regular para mantener el cuerpo en calor.
- Ventilación adecuada: Ventilar la casa al menos dos veces al día para renovar el aire y reducir la concentración de virus y bacterias en el ambiente.
- Vacunación: Consultar con un profesional de salud sobre las pautas de vacunación y seguir las recomendaciones sanitarias.