El pasado 20 de octubre se realizó en la Universidad Andrés Bello la charla titulada “Thyroid under Attack: The Adverse Impact of Plasticizers, Pesticides, and PFASs on Thyroid Function”, dictada por la Dra. Caroline Serrano-Nascimento, Investigadora de la Universidad Federal de São Paulo (UNIFESP). La actividad, abierta a la comunidad científica y estudiantil, fue organizada por la Dra. Claudia Riedel y contó con el apoyo del Programa de Doctorado en Biociencias Moleculares de la Universidad Andrés Bello. El seminario se desarrolló en el Auditorio del Edificio de Investigación R1, en el Campus República de la Universidad Andrés Bello, y contó con modalidad híbrida para asistentes presenciales y remotos.
Durante su presentación, la Dra. Serrano-Nascimento expuso los resultados de sus investigaciones sobre cómo ciertos disruptores endocrinos, presentes en pesticidas, plásticos y contaminantes industriales como los PFAS, pueden interferir con la función de la glándula tiroides y alterar procesos biológicos esenciales durante el desarrollo embrionario.
La investigadora explicó que estos compuestos actúan en distintas etapas del metabolismo y de la síntesis de las hormonas tiroideas T3 y T4, interfiriendo con la captación de yodo y la actividad de enzimas como la tiroperoxidasa (TPO). “Distintos contaminantes pueden afectar la producción, transporte y acción de las hormonas tiroideas, comprometiendo funciones vitales como el metabolismo, el crecimiento, el desarrollo del sistema nervioso central y la salud cardiovascular”, señaló la Dra. Serrano-Nascimento.
Uno de los puntos centrales de su presentación fue el impacto de la exposición prenatal a compuestos como el nitrato y el perclorato, frecuentes en fertilizantes, combustibles y aguas contaminadas, en la función tiroidea de las madres y su descendencia. Para evaluar este efecto, su equipo realizó estudios en modelos animales. En ellos, observaron que estos contaminantes no solo pueden alterar la función tiroidea, sino que generan cuadros de hipotiroidismo gestacional y modificaciones persistentes en la expresión génica. En este sentido, la investigadora destaco, “Las embarazadas son un grupo especialmente vulnerable, ya que la tiroides fetal depende inicialmente de las hormonas producidas por la madre. La exposición a estas sustancias, junto con deficiencias de yodo, puede comprometer el desarrollo neurológico del feto”, explicó.
La Dra. Serrano-Nascimento también destacó que los efectos de estos disruptores no se limitan a una generación. Los cambios epigenéticos inducidos durante la gestación, como la alteración en la metilación del ADN y la acetilación de histonas, pueden persistir a lo largo del tiempo e incluso transmitirse de forma transgeneracional, afectando la función tiroidea y la regulación hormonal en la descendencia.
En su conclusión, la científica brasileña enfatizó la necesidad de fortalecer la investigación sobre contaminación ambiental y salud pública, especialmente en países con alta actividad agrícola e industrial. “La exposición combinada a disruptores endocrinos y deficiencias nutricionales representa un riesgo real para la salud poblacional. Es esencial avanzar en políticas que regulen el uso de estos compuestos y promuevan la prevención desde la gestación”, afirmó.
