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Columna Dr. Alexis Kalergis, en Diario La Tercera
Desde que apareció en diciembre de 2019 en la ciudad china de Wuhan, el coronavirus se ha propagado por varios países de Asia, Europa y América, amenazando con instalarse inevitablemente en todo el mundo, incluso en nuestro país.
Este escenario nos hace preguntar ¿nuestro sistema de salud tiene la capacidad de responder contra un brote emergente? ¿Chile está preparado frente a la aparición de agentes infecciosos virales y bacterianos de este o cualquier otro virus? ¿Tenemos en Chile la capacidad científica y tecnológica para reaccionar frente a la aparición y diseminación de un virus tan agresivo como este?
Las bacterias y virus evolucionan con el tiempo, y en algunos casos pueden dar lugar a problemas de salud pública que pueden incluso afectar a la economía de los países y sus procesos políticos. Para evitar esta situación la comunidad médica y científica tiene el deber de realizar diagnósticos oportunos y generar vacunas eficaces que protejan a la población.
Recientemente nuestras autoridades de salud han indicado a los medios de comunicación que “el Instituto de Salud Pública cuenta con la capacidad instalada para el diagnóstico específico de esta infección”. Sin embargo, se indicó que “hasta este momento no hay vacuna ni tratamiento específico para el coronavirus” y que es “poco probable que en el corto plazo haya desarrollo de estos productos”.
Estas declaraciones enfatizan la necesidad de una política pública con programas permanentes que permitan la estabilidad necesaria para el desarrollo de investigación científica nacional conducente a nuevas tecnología que nos permitan estar preparados para enfrentar la posible llegada de este temido virus, y de otros agentes infecciosos, a Chile.
Por lo tanto, para combatir esta potencial epidemia, es necesario realizar investigación científica y clínica en esta área, teniendo en cuenta también que fenómenos como el cambio climático son factores poco comprendidos desde la perspectiva de la diseminación de virus y bacterias que afectan la salud de las personas. Particularmente preocupante es la enfermedad que se pueda producirse si el virus influenza y el nuevo coronavirus circulan al mismo tiempo durante el invierno de este año.
Para garantizar la seguridad de la población chilena frente a brotes epidémicos provocados por agentes infecciosos-y estar preparados en casos de pandemias que se puedan generar en el continente- es fundamental potenciar el desarrollo y producción de vacunas y tratamientos en nuestro país.
Potenciar las capacidades de investigar sobre el funcionamiento y desarrollo de estas excelentes herramientas de salud nos permitirá contar con la tecnología necesaria para su producción en Chile. Esta cualidad es un requisito importante para poder responder de manera apropiada a emergencias sanitarias internacionales, como lo es actualmente el coronavirus.
Adicionalmente, el potenciamiento de esta área conduciría a la diversificación de nuestra matriz productiva, por medio del desarrollo de un sector de la industria que no ha crecido en Chile y que no ha tenido la oportunidad de aprovechar la significativa historia nacional en el desarrollo de vacunas desde el sector público y las universidades.
Quisiera por lo tanto instar a nuestras autoridades a generar políticas públicas que fomenten de manera estable la vinculación entre nuestras capacidades científico-tecnológicas con la industria y el sector público. Creo que tenemos en Chile suficientes recursos humanos, conocimientos e innovaciones para finalmente dar un paso concreto en Chile hacia el desarrollo y manufactura de vacunas, diagnósticos y tratamientos para enfermedades de alto impacto como las causadas por los virus respiratorios.
Fuente: La Tercera[:]